
Si has llegado hasta aquí, probablemente te estés cuestionando si la terapia es el lugar idóneo en el que poder trabajar la dificultad a la que te estás enfrentando. Puede ser que, animado por un conocido, por alguno de los múltiples mensajes a través de los medios de comunicación o, incluso, por las redes sociales, estés considerando la posibilidad de solicitar ayuda, algo que es totalmente lícito. Pero, ¿qué es un proceso de terapia? ¿Qué no lo es? ¿Cuáles son sus limitaciones? Acompáñame en el proceso de descubrirlo. La función principal de la terapia es facilitar al consultante la capacidad para elegir al servicio de qué quieren orientar su vida, así como ayudar a la persona a organizar su conducta de forma que cumpla de la mejor manera posible con esos fines, manteniéndose coherente con su propósito vital. Debido a este propósito, esta ha de estar cimentada en unos principios científicos, de tal forma que garantice la calidad y seguridad del proceso en el que te vas a embarcar. Esto es un hito fundamental, que nos lleva al segundo punto del artículo: ¿Qué no es terapia? Si bien hay muchos encuentros que podríamos definir como terapéuticos, ya sea una conversación con un amigo, un plan en el que contactar con la naturaleza o, simplemente, un día de relax en casa, no todos los encuentros son terapia (entendida como un espacio en el que terapeuta y consultante se encuentran, poniendo el terapeuta sus conocimientos y aptitudes de base científica al servicio de un consultante que busca orientación y ayuda). Es por ello que, al poner tu salud en manos de otra persona, es recomendable asegurarse de que esta persona disponga de los conocimientos y aptitudes necesarias (a través de acreditaciones oficiales). Por tanto, al igual que no hablarías de un encuentro con un amigo (sin conocimientos de causa) como "tu médico de cabecera", aunque pueda tener nociones del tema que te acontece, es importante garantizar que tu terapeuta pueda acreditar formación oficial y científica. Por otro lado, es posible que busques de la terapia liberarte de un malestar que te acompaña. Puede que a nivel personal estés pasando por un momento complejo, como una situación de estrés laboral, la pérdida de contacto con un ser querido o una situación familiar compleja debido a la interacción entre tu hijo y vosotros, padres, o la escuela. En estos casos, podemos hablar del espacio de terapia como un lugar beneficioso para recibir acompañamiento. El fin, dicho de otra manera, no es sino acompañar al consultante en el laborioso proceso de aprender nuevas conductas que permitan cuidar de aquellas áreas más valiosas para la persona, reforzar aquellas conductas ya existentes en dicho repertorio y, llegado el caso, ayudar a comprender cómo la pauta de actuación llevada hasta el momento, si bien cuenta con un sentido en su historia, puede estar obstruyendo el camino.