(CONDUCTUALES Y/O CON SUSTANCIA)
Adicciones
Dependiendo de si eres más joven o has «recolectado más experiencias», seguro que habrás escuchado a alguna persona decir «estos chicos están todos adictos a las pantallitas». Normal. El uso de las mismas se ha disparado de manera exponencial desde que comenzaran a surgir de manera accesible en la primera década de los 2000. Ahora bien ¿es correcto hablar de adicción en estos casos? ¿Para qué usan tanta pantalla los más jóvenes? ¿Cuándo es perjudicial? ¿Se puede hacer un uso perjudicial de las mismas? ¿Y beneficioso? Y así con tantas preguntas. En este post, buscamos primordialmente poder generar un bálsamo de comprensión. Más adelante, sin duda, dedicaremos un espacio a poder compartir estas inquietudes.

Un hábito, una afición desmedida, una manía… no necesariamente son adicciones. Para que podamos hablar de estos, es necesario que existan consecuencias nocivas, las cuales se manifiestan a lo largo de la vida. Sin embargo, resulta interesante comprobar como hay autores y publicaciones recientes que surgieren que casi toda actividad diaria puede conducir a una adicción. Pero parece que patologizar y levantar alarmas es algo a lo que hemos terminado por acostumbrarnos.
En estos casos, la pauta más adaptativa pasa por centrarnos en cómo se relaciona la persona con esta conducta más que en qué es lo que hace con la pantalla. Si pensamos en un niño que dedica 6 horas a la pantalla al día, probablemente nos echamos las manos a la cabeza. Sin embargo, analizando cómo es este uso, es posible ver que 5 de esas horas son en colegio y/o tareas, y 1 hora es con los amigos jugando o chateando. Esto va a ser complicado…
Antes de echarnos las manos a la cabeza, ante la sospecha de que nuestro/a hijo/a pueda estar presentando dificultades, es conveniente poder hablar con él/ella, acercanos a su realidad y comprenderla. Si vemos que esto puede estar siendo contraproducente, un acompañamiento terapéutico, en el que poder acordar pautas, límites y atender a las necesidades de ambos es más que recomendable, ya que cada caso es único y requiere de una atención concreta e individualizada.
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